Son muchas las mujeres que he escuchado en estos últimos quince años de mi vida y ni una sola de ellas  al inicio de nuestra relación me ha dicho que alguno de sus hijos sea malo (aunque estoy consciente que las hay) de hecho al paso del tiempo me cuentan que tienen algunos problemas con ellos pero que definitivamente son hijos buenos y esto me alerta en la vida ya que si nosotros  mismos no tenemos delante de nosotros  un enfrentamiento con la realidad que vivimos es difícil que podamos buscar la verdad para la vida de nuestros hijos.

Algo Natural

Ahora bien todo esto es algo natural,  sale de una mujer que es madre y que por instinto en todo tiempo tendemos a proteger a nuestros hijos, sin embargo muchas veces en esa protección les estamos acarreando confusión, desasosiego, rebeldía y muchas veces la muerte. Soy una mujer que ha creído que nuestra vida no debe ser regida por realidades obvias,  más bien por verdades eternas, es decir  soy una mujer de fe. Que aunque ha visto cosas realmente malas en sus hijos tengo la seguridad que se puede cambiar el rumbo.

Certeza Inconmovible

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.  Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. 
Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. Hebreos 11:1-3.

Ahora bien para poder pelear por lo que espero tengo que reconocer lo que no tengo y entonces preparar mi estrategia. Así que me he dado a la tarea de analizar la vida de mis hijos bajo la luz del manual de la vida (Biblia) y día a día puedo reconocer que naturalmente no son buenos y que en las tres  áreas de su vida (física, emocional y espiritual) hay deficiencias, sin embargo mi confianza esta puesta en Dios el cual continuamente nos promete en su palabra que el suplirá todo lo que nos falte de acuerdo a las riquezas en Cristo Jesús.

Estrategia de una madre

1.-Todas las mañanas le doy gracias a Dios por la oportunidad que me da de vivir y la vida que le ha dado al fruto de grande estima que ha dado a luz mi vientre (hijos), le agradezco porque sé que sus misericordias son nuevas cada mañana y porque mientras yo crea en Él sé que tengo a mi disposición todos los recursos para conseguir que yo misma y mis amados hijos seamos renovados y transformados cada día hasta que alcancemos nuestra  plenitud en Cristo.

2.-Todos los días insto a mis hijos en la ley de mi Dios a tiempo y otras a destiempo como lo dice su palabra, aunque en ocasiones se sientan molestos, finalmente se que la corrección acarrea tristeza, pero pido a Dios sabiduría para no desesperarlos. Efesios  6:4 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.

3.-Les recuerdo que la manera verdadera de amar a Dios es con hechos y no con dichos y que debemos buscarle en oración para que Dios mismo les muestre el camino.

4.-Constantemente les recuerdo que siempre que yo me dé cuenta les confrontaré con sus pecados y  les hago saber que aunque yo no me dé cuenta Dios si lo hará y le ruego a Dios los corrija en misericordia y verdad.

5.- Les recuerdo que Dios siempre está listo para perdonarles y que esta debe ser su principal motivación para confesar sus pecados. 1° de Juan  1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

6.-Les tengo sabido y demostrado que el amor de Dios y el mío es incondicional y siempre les amaremos pero que jamás estaremos de acuerdo con las malas actitudes por lo cual si ellos insisten en no caminar de acuerdo a la voluntad de Dios (ya cuando son jóvenes) los disciplino con firmeza y si esto no funciona o no se dejan,  entonces los dejo en las manos de Dios para que Él los corrija ya que estoy segura que esto les salvara. Esto es algo que debo reconocer me ha costado mucho, así que oro a  mi Señor para que me de valentía porque me he dado cuenta que una corrección de Dios ha tiempo nos libra de la muerte misma.

7.-Me esfuerzo como madre para que ellos tengan la oportunidad de ver en mi un ejemplo y testimonio constante del caminar en Cristo y así facilitarles el que honren a sus padres para que sean prosperados,  aunque no pretendo haberlo alcanzado todo prosigo a la meta sabiendo que todo lo puedo en Cristo que me fortalece y que este es el mejor ejemplo de perseverancia para ellos.

Todos los días de mi vida profetizo sobre mis hijos palabras de bendición, de vida, de prosperidad, de bien y creo que el milagro que hay en mi boca se cumplirá en nuestras vidas. Así mismo amiga  estoy convencida que la valentía de ustedes  de arrancar y desarraigar así como el esfuerzo de  levantar y edificar hará que sus hijos alcancen a llegar mucho más lejos que cada una de nosotras.

Levántate y cobren ánimo
Alioth I. Hernández Audiffred
aliothhernandez@hotmail.com
Veracruz, Veracruz en México.