“Yo no envié a estos profetas, sin embargo van de un lado a otro afirmando hablar en mi nombre. No les he dado ningún mensaje, pero aun así siguen profetizando.” Jeremías 23.21

Fueron Sin Ser Enviados

En el nombre de Dios ellos fueron cuando y donde no debían ir y hablaron palabras que no debían decir. En el próximo versículo, leemos,

“Si hubieran estado en mi presencia y me hubieran escuchado, habrían hablado mis palabras y habrían hecho que mi pueblo se apartara de sus malos caminos y sus malas acciones.”

El error de ir y hablar en el momento equivocado y con las palabras equivocadas, es fácil de cometer. Algunos lo cometen por la necesidad de ser “importantes”. Entonces ellos se ponen en posiciones gloriosas aún cuando no deberían estar allí.

Discípulos De Si Mismos

El resultado es que terminan haciendo discípulos de si mismos. Esa nunca debería ser la meta. Otros, por un deseo profundo de “servir a Dios”, van y llevan un mensaje que aún no se les ha dado. El resultado, usualmente, es un desastre bien intencionado.

Es bueno el querer ir y llevar un buen mensaje. De hecho, si lo hacemos correctamente, podemos ir a donde sea y hacia quien sea, porque Dios esta en todas partes. Pero lo que determina el momento y mensaje correctos, es el Señor. Antes de que vayas; espera. Antes de que hables; escucha. Antes de ti; Dios.

Predicando En Ropa Interior

En la Universidad solía tener sueños de que llegaba a mi clase de predica en mi ropa interior y sin estar preparado para mi sermón. Me había ido de mi cuarto antes de estar listo, obviamente, porque no estaba vestido por completo. Llegaba a la clase antes del tiempo indicado porque no estaba preparado para hablar. Estos sueños siempre era un poco tenebrosos.

No cometas el mismo error con la Palabra de Dios. Espera y escucha Su voz. De lo contrario, terminaras solo con tu ropa interior y sin nada que decir…espiritualmente hablando, claro.

Hoy, espera y escucha. Ve hacia donde Él te envíe y habla lo que El te dice. Si tienes dudas, ve hacia el pobre, el herido, el necesitado o el preso, y hablar de Su amor. Dirige a los demás hacia Dios y no hacia ti.

Robert Vander Meer
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