Las tenemos en casa en cualquier parte; son papeles que a unos asustan y a otros satisfacen; son las facturas. Muchos se entusiasman en el momento y después quieren esconderse porque les cuesta pagar.

Ofertas Del Momento

Otros viven de las ofertas del momento: “adquiera ahora y pague después”. Pero la peor factura de nuestra vida no es la comercial, sino la moral y espiritual. Son muchos los líderes que juegan con las cosas prohibidas y se olvidan que todo tiene una factura en esta vida.

La Biblia nos presenta muchos casos de facturas olvidadas que luego fueron cobradas a hombres y mujeres que tenían una función especial en el pueblo de Dios. Judá es uno de ellos. Él tenía tres hijos, entre ellos Er, quien se casó con Tamar. Er murió.

Sin Descendecia

Era costumbre que, al morir el esposo sin dejar descendencia, la esposa del difunto tuviera que casarse con el hermano inmediato de este. Tamar se casó con Onán, pero él se negó a levantar descendencia, y por ello murió. El hermano que seguía era Sela, pero era muy joven, y Judá le dijo a Tamar: “quédate sola hasta que crezca Sela”. El tiempo pasó y Judá no cumplió con dar a Tamar como esposa a su hijo Sela.

Un día, Judá, luego de enviudar, se encontró con una mujer que parecía prostituta, cubierta con un velo. Creyendo que era prostituta, se acercó y le propuso estar con ella y, para ello, prometió enviarle un cabrito. Ella le pidió una prenda mientras el cabrito llegaba, y Judá le preguntó: “¿qué prenda quieres?”. “Tu sello, tu cordón y tu báculo”.

Veamos el pasaje directamente de la Biblia, en Génesis 38:12- 26

 Serafín Contreras Galeano compartirá este tema. Este es uno de los capítulos del libro: “Líderes De Papel Con Pies de Barro” de su autoría.

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