Pentecostés es determinante en la vida de Iglesia. Pentecostés es el derramamiento del Espíritu Santo para capacitar y empoderar a los santos para la gran comisión y demostrar con hechos que son un pueblo distinto para impactar pueblos. Veamos lo que Pedro dijo el día que fue derramado el Espíritu Santo en el Pentecostés:

Un Nuevo Pedro

“Pedro contestó:
—Cada uno de ustedes debe arrepentirse de sus pecados y volver a Dios, y ser bautizado en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados. Entonces recibirán el regalo del Espíritu Santo.  Esta promesa es para ustedes, para sus hijos y para los que están lejos es decir, para todos los que han sido llamados por el Señor nuestro Dios.

Entonces Pedro siguió predicando por largo rato, y les rogaba con insistencia a todos sus oyentes: «¡Sálvense de esta generación perversa!».

Creyentes Y Agregados

Los que creyeron lo que Pedro dijo fueron bautizados y sumados a la iglesia en ese mismo día, como tres mil en total.

Todos los creyentes se dedicaban a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión fraternal, a participar juntos en las comidas (entre ellas la Cena del Señor ), y a la oración.

Un profundo temor reverente vino sobre todos ellos, y los apóstoles realizaban muchas señales milagrosas y maravillas. Todos los creyentes se reunían en un mismo lugar y compartían todo lo que tenían. Vendían sus propiedades y posesiones y compartían el dinero con aquellos en necesidad. Adoraban juntos en el templo cada día, se reunían en casas para la Cena del Señor y compartían sus comidas con gran gozo y generosidad todo el tiempo alabando a Dios y disfrutando de la buena voluntad de toda la gente. Y cada día el Señor agregaba a esa comunidad cristiana los que iban siendo salvos”. Hechos 2:38-47

Serafín Contreras Galeano nos comparte esta última parte de la serie: “Efectos de Pentecostés”.
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