¿Has experimentado el perdón? “Y enojado, su señor lo entregó a los carceleros para que lo torturaran hasta que pagara todo lo que debía. “Así también mi Padre celestial los tratará a ustedes, a menos que cada uno perdone de corazón a su hermano.” Mateo 18.34-35

El No Perdonar

El no perdonar es visto como un derecho que tenemos. Si yo decido no perdonar a alguien, esa es mi decisión por tomar. Por ley, no tengo la responsabilidad de perdonar a nadie. La historia que Jesús cuenta en Mateo 18.21-35 señala las consecuencias de ejercer este derecho.

En la historia hay un hombre que había sido perdonado una deuda grande. La deuda que él tenía ya no existía. Sin embargo,  se rehusó a perdonarle una deuda que alguien tenía pendiente. A causa de su falta de perdón, la persona que le había perdonado la deuda lo hizo arrestar y torturar como una forma de cobrar un reembolso.

Relación Con Dios

Acá está el punto. Si  tienes una relación con Dios, entonces has sido perdonado por cada cosa incorrecta que has hecho, que estás haciendo y que harás. A causa de esta experiencia, tú deberías perdonar a cada persona que te ha herido, ofendido o hecho mal. No tienes que hacerlo, pero es recomendable. Si no lo haces, -y esta es la parte más poderosa de este pasaje-, vas a ser torturado. ¿Cómo?

Este pasaje dice que serás entregado a los “torturadores”. Esto específicamente significa, “uno que obtiene la verdad con el uso del potro de tortura”. El trabajo de esas personas eran el de torturar hasta obtener la verdad o lo que buscaban. El potro era una mesa con rodillos en ambos extremos. La persona siendo torturada era amarrado a ambos rodillos con una soga y literalmente era estirado, dislocando sus extremidades, a menudo mientras otra persona lo torturaba de otra manera, como el destripar.

Cantidad de Perdón

Has recibido una gran cantidad de perdón por Dios. Esa es la verdad. Si decides no perdonar a los demás, entonces, emocionalmente vas a ser sometido al “potro”. Emocionalmente, vas a ser despedazado por tu corazón duro.

El estrés que esto creará te destrozará desde adentro hacia afuera. Serás prisionero hasta que, ya sea que admitas la verdad, reconozcas el daño de tu decisión y que decidas perdonar, o hasta que mueras emocional y espiritualmente, por el tormento que sientes en tu interior.

Tu decides que harás. Te recomiendo el perdón. Es mucho menos doloroso.

Robert Vander Meer.