“El Señor es mi fortaleza y mi escudo; en él confió mi corazón y fui ayudado. Por lo que se gozó mi corazón, y con mi cántico le alabaré” Salmo 28:7

“Amor no es un asunto de meros sentimientos sino de profundas decisiones. Trasciende más allá de mi entorno porque no viene de afuera sino que sale de adentro.”  Serafín Contreras Galeano

Recordando Con Alegría

Hoy recuerdo con alegría el día cuando, en angustia, mi alma se debatía. En mi desesperación levanté mis ojos al cielo y junto con mis ojos, todo mi corazón. Ya no tenía fuerzas, pero con el poco aliento que aún tenía te dije: “Oh, Dios, ya no puedo, ayúdame.” Y fue en ese momento que sentí lo que nunca antes había sentido: Tu amor comenzó a fluir e inundar todo mi ser… En medio de la turbación fuiste refugio para mí y escudo en medio de la batalla más cruenta que jamás he vivido.

Un Nuevo Día

¡Cómo no he de exaltarte hoy! Éste es el nuevo día que me das. Sin dudas habrá turbaciones, tormentas, batallas campales sin misericordia, pero la satisfacción que siento es que nuevamente serás mi refugio y mi escudo.

Mi corazón puede confiar en ti y sé que jamás seré avergonzado. Del mismo modo en que me diste ayuda ayer, me la darás hoy. Cuando mi corazón reposa en ti, entonces surge el cántico de mi alma. Es un canto de seguridad.

Señor: Hoy, con confianza, seguridad, amor, devoción y profundo respeto, puedo cantar plenamente que mi amor por ti tiende a crecer más y más.

Eres mi mayor anhelo, mi gran necesidad. Eres tú, ¡oh Dios!, todo mi existir.

Nueva Oportunidad

Este día es una nueva oportunidad para ver tu gloria, tu amor y tu majestad llenando mi existencia.

Contigo hay bastante y suficiente razón para vivir.

Has cambiado mi lamento en baile; desataste mi cilicio y me ceñiste de alegría. Por tanto, para ti cantaré mi gloria y no estaré callado. Señor, Dios mío, te alabaré para siempre. Amén.

“¿Por qué te abates alma mía… por qué te desesperas? ¿Acaso no conoces el genuino y verdadero amor? Detente en tu correr y mira al Amado que te sostiene con su mano derecha.”

REFLEXIÓN:

1.- ¿Cómo sé que realmente amo al Señor plenamente?

2.- ¿Por qué cuando vienen las angustias tiendo a creer que Dios me ha abandonado?

3.- ¿Cuál es mi próximo paso para descansar más en el Amado de mi alma?

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