Entendiendo la Depresión -Parte I
La depresión es universal y nos afecta a todos en algún momento. La encontramos en el poeta David hace 2500 años, que expresa los síntomas de depresión cuando dice: “Mi corazón se seca como heno segado (energía baja), me olvido hasta de comer mi pan (inapetencia)… Me asemejo a una lechuza de la estepa, soy como un búho entre ruinas” (insomnio).” Este poeta, como muchos otros a través de la historia (Darío, Poe, Nervo, Mistral, etc.) experimentó un estado anímico muy bajo descrito de forma lírica para darnos a entender la intensidad de su tristeza y el impacto que tuvo en su vida. En cierta forma, los artistas expresan cosas con su arte que sirven de catarsis para muchos de nuestros sentimientos. Por ende, la popularidad de las canciones del amor no correspondido o de las desilusiones (un tema muy común en la música pop y rock), por ejemplo.
La depresión es universal y nos afecta a todos en algún momento.
En un caso concreto, con el que estoy familiarizado, mi paciente me dijo con mucha seriedad, y sin intenciones literarias: “Doctor, tengo un dolor de muela en el alma.” Era la única forma de comunicar sensorialmente lo que era imposible visualizar, pero no dejaba de doler. Mi paciente tenía los síntomas de la depresión, marcados por llanto constante, tristeza, falta de interés en las personas y actividades, y un sentido de auto-estima muy bajo. Era como si se estaba castigando así mismo.
De su experiencia pude entender varios elementos que pueden ser de ayuda para otras personas que están enfrentando la depresión.
En la mayoría de los casos, la depresión es reactiva y está asociada con un cambio importante. En el caso de mi paciente, él había sufrido trauma físico que le quitó su salud y le afectó globalmente. Este era un cambio obvio que había afectado varias esferas de su funcionamiento. Cuando un elemento externo nos afecta, nuestra reacción natural es de ansiedad y/o depresión. Algunas pérdidas son concretas y obvias como en el caso de mi paciente (su salud), otras son sutiles y difíciles de articular (v.g., cambio de estatus en la compañía, nueva etapa de la vida, etc.). Sin embargo, la depresión reactiva, siempre está asociada a un cambio temporal o permanente en nuestro medio ambiente. Cuando muere un familiar o cuando se va un hijo, cuando se pierde un trabajo, o cuando hay un diagnóstico médico inesperado, la reacción natural es tristeza. Esa tristeza puede convertirse en depresión.
1. No toda tristeza es depresión. Se ha dicho que la tristeza es la gripe de nuestra vida emocional. Mientras que todos la vamos a enfrentar, no siempre se convertirá en una “bronquitis” o “pneumonía” emocional.
2. La depresión clínica se hace presente cuando el estado anímico interfiere con la capacidad de la persona para funcionar independientemente en su trabajo o escuela, y en su familia o grupo de referencia. Esto debe suceder por dos semanas seguidas, durante la mayoría del día, para ser una depresión clínica.
3. Los síntomas de la depresión mayor (o grave) son:
1. Síntomas vegetativos: Cambios de apetito (pérdida o aumento de peso); cambios de sueño (insomnio o hipersomnio); fatiga o pérdida de energía; pérdida de interés en cosas de placer, aceleración o retraso psicomotriz.
2. Síntomas emocionales: ánimo deprimido; sentimientos de culpa excesiva, llanto, melancolía, “sentirse vacío.”
3. Síntomas cognitivos: Incapacidad de pensar, concentrarse o tomar decisiones; olvidadizo; pensamientos seguidos de muerte, o suicidio, pensamientos de que no vale nada.
4. Una razón importante de los síntomas depresivos es la actividad neuroquímica del cerebro en ese estado anímico. Como lo ilustra la siguiente imagen, hay un cambio significativo en la actividad cerebral de un paciente deprimido en relación a una persona sin depresión. Los problemas con la baja de serotonina en el cerebro causan “el apagón” cognitivo notado en la imagen cerebral del paciente deprimido. También hay una disrupción en las conexiones del circuito que incluyen el sistema límbico, la corteza frontal y los ganglios basales en el cerebro.
5. La depresión casi siempre responde al tratamiento. Lo importante es que este tratamiento puede incluir tanto medicinas como psicoterapia. La terapia más efectiva para tratar la depresión es la Terapia Cognitiv0-Conductual, que tiene tanto efecto como la medicina en ciertos casos y que debe ser usada junto con la medicina en casos graves. Como lo demuestra la imagen del metabolismo de la glucosa en un cerebro deprimido y otro con tratamiento. La depresión se puede conquistar, cambiando la forma de pensar.
6. En el caso de mi paciente, mejoró mucho después de terapia y la medicina. El enfoque nuestro fue pasar por el luto de la pérdida de su salud, aceptar los cambios y encontrar propósito en su nueva condición. Esto tomó unos 5 meses en su caso, antes de cruzar la esquina de la decisión y otros 3 para encontrar un nuevo sentido de propósito. Es obvio que las personas responden distinto al tratamiento por múltiples factores. Pero el tratamiento no es instantáneo y requiere ambas disciplinas en casos graves.
Fuente: Dr. Marcel Ponton
Neuro Psicologo, Teologo.
www.marcelponton.com