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Crecimiento Personal

El Reloj Parlante

Esta batalla—si la puedo llamar así—comenzó hace casi dos años cuando mi hija insistió en que le comprase un reloj parlante. Así que, como buen padre con la intención de enseñarle sobre el tiempo, fui a la tienda y siguiendo las instrucciones de mi hija, escogí este reloj digital parlante.

Por defecto, la temperatura se mostraba en grados Fahrenheit. Intenté todas las permutaciones y combinaciones jugando con todos los botones del reloj. Sin importar cuán duro lo intenté, no pude cambiarlo a grados Celsius. Tenía un par de otros relojes digitales en los que había un botón separado para desplegar el cambio de temperatura, pero esto estaba críticamente ausente aquí. Llegué al extremo de literalmente sacar unos cuantos tornillos, pero sin lograr nada.

Qué Lata Con Los Viejos!!

Había una vez dos amigas que se encontraban tomando un café y una le comenta en tono de queja a la otra:
“Mi mamá me llama mucho por teléfono para pedirme que vaya a platicar con ella, o para pedirme que la lleve a tal lugar, o que vaya a comer a su casa. Yo voy poco y en ocasiones siento que me molesta su forma de ser y de pedirme las cosas. Ya sabes como son los viejos: cuentan las mismas cosas una y otra vez.
Además, nunca me faltan compromisos: que el trabajo, que mis hijos, que los amigos…”
—”Yo en cambio —le dijo su compañera— platico mucho con mi mamá. Cada vez que estoy triste, voy con ella; cuando me siento sola, cuando tengo un problema y necesito fortaleza, acudo a ella y me siento mejor.”
“Caramba —se apenó la otra—, eres mejor que yo.”
“No lo creas, soy igual que tú, respondió la amiga con tristeza, visito a mi mamá en el cementerio.”

Cómo Corre El Chisme!!

Había una vez un joven que divulgó chismes sobre su amigo por toda la aldea. Se sintió extremadamente culpable por lo que había hecho así que fue con el cura del pueblo para confesar su difamación.

Le preguntó al padre qué podía hacer para retirar sus palabras dañinas y reconciliar la amistad con su amigo.

El padre le dijo: “Anda, toma un pluma y colócala en la entrada de cada casa del pueblo”. El joven no sabía exactamente la razón de esto pero pensó que estaría haciendo lo correcto y que se sentiría mejor al obedecer al cura así que tomó una bolsa llena de plumas y se fue por toda la aldea colocando una pluma en la entrada de cada casa; con la esperanza de que cada vez que colocara una pluma se sentiría mejor, pero no fue así. Cuando terminó de colocar la última pluma aún se sentía miserable por dentro.

De manera que regresó con el padre y le dijo: “Padre, ya hice lo que usted me mandó pero aún me siento muy mal por lo que he hecho, qué más puedo hacer”.

El cura le respondió: “Ahora regresa al pueblo y recoge todas las plumas que has colocado”. El joven sorprendido exclamó: “Padre, eso es imposible ya el viento se la llevó todas; jamás podré recuperarlas”. El padre le dijo: “Exactamente, lo mismo pasa con el daño que han ocasionado tus palabras”.

Disfruta La Leída

La Vida es como un libro. Es el trayecto, La vida es la travesía por este mundo—una travesía que habrá finalizar tarde que temprano—lo que debe capturar nuestro entusiasmo ya que Dios nos puso aquí con propósito. Sepamos gozar cada día de este lado del cielo aferrados al Señor y alineándonos con Sus planes para nuestras vidas. Adelante y que Dios les bendiga.

Aprendiendo A Mirar El Fracaso.

No temamos intentar cosas nuevas en nuestras vidas personal y profesional; entre más fracasemos, más rápido aprendemos y crecemos.  La palabra (fracaso) conjura energía negativa, conceptos e imágenes para algunos.  Digamos que intentamos algo y que los resultados no fueron favorables.  En vez de rendirnos, usemos esta oportunidad para evaluar la experiencia.