Mas cuando el sacerdote comprare algún esclavo por dinero, éste podrá comer de ella, así como también el nacido en su casa podrá comer de su alimento.

Levítico 22:11.

Extranjeros, HUespedes Y Jornaleros

Los extranjeros, huéspedes y jornaleros no podían comer de las cosas sagradas.
Lo mismo sucede con las cosas espirituales.

Sin embargo, dos clases de personas tenían libre acceso a la mesa del sacerdote: las que fueron compradas con su dinero, y las que nacieron en su casa.

Comprados y nacidos, tales eran las condiciones que daban un derecho incontestable al uso de las cosas santas.

Comprados

Comprados. Nuestro gran Sumo Sacerdote ha comprado a gran precio a todos los que en Él han depositado su confianza.

Son propiedad absoluta suya y pertenecen enteramente al Señor.

No por sus méritos propios, sino por el amor de su Redentor, han sido admitidos a participar de los mismos privilegios de que Él goza, y «éstos comerán de su pan». Tiene una comida que el mundo desconoce. «Porque sois de Cristo», tendréis parte con el Señor.

Nacidos

Nacidos. El nacimiento da también derecho cierto a estos privilegios: si hemos nacido en la casa del sacerdote, ocupamos un puesto dentro de su misma familia.

La regeneración nos hace coherederos y un mismo cuerpo con Él, y por tanto, la paz, el gozo y la gloria que el Padre le ha dado Cristo nos lo ha dado a nosotros.
La redención y la regeneración nos confieren un doble derecho divino a la participación de esta promesa.

Cuanto agradecimiento hay en mi corazón por haber nacido en la familia de Dios y porque él me compró con su sangre.

Señor, Gracias por hacerme parte de tu familia por la pura gracia tuya. Quiero cada día serte fiel. Amén.

Charles Spurgeon.
Libro De Cheques Del Banco De La Fe.